“Díos bendíce a los que lloran, pues ellos serán consolados.”

Una lágrima puede ser la expresión del trabajo de Dios en nuestras vidas. El tiene un plan bueno para cada uno y está trabajando para que lo ejecutemos con toda gracia. Así que cuando sufrimos tenemos esta buena noticia de parte de Dios: ¡Nuestro maravilloso futuro está en sus manos!

PODEROSO PADRE CELESTIAL: GRACIAS POR RECORDARNOS QUE TÚ ESTÁS CON NOSOTROS CUANDO LLORAMOS. AYÚDANOS A CONOCER Y SEGUIR TUS PLANES PARA QUE OTROS TAMBIÉN SEAN CONSOLADOS. AMÉN.

-Melissa Stroud