“Lámpara es a mís píes tu palabra, y luz para mí camíno.”

Uno de mis juegos de niña era aquel en que uno se vendaba los ojos y otro lo llevaba por un camino de obstáculos. Yo siempre quise que mi “líder” fuera una amiguita en quien confi aba. Lo mismo me pasa hoy en el juego de la vida. Es muy común que estemos buscando ciegamente en la oscuridad, como niños vendados, porque no hemos escogido como guía al que más nos ama y es nuestro mejor amigo. ¿Quién ilumina su camino? NO escoja la penumbra del mundo cuando la Palabra de Dios permanece como una lámpara que nos dirige.

GUÍANOS, GRAN DIOS. AMÉN.

-Diane Dickson