“Aclamen alegres al SEÑOR, habítantes de toda la tíerra; adoren al SEÑOR con regocijo. Preséntense ante él con cántícos de júbílo...”

Cuando estudiaba música aprendí la diferencia entre canciones con acordes mayores y con acordes menores. Mi profesor me explicó que las canciones con acordes mayores suenan muy alegres y las que tienen acordes menores suenan melancólicas. Entonces yo concluí que a Dios le gustaban las canciones escritas en acordes mayores. Ahora, cuando medito en este pasaje, encuentro que no se trata de los acordes sino de la capacidad de comunicar el gozo del amor de Dios a otros. También aprendí que Dios nos ama igual cuando estamos tristes que cuando estamos alegres. Esto es posible porque podemos tener el gozo de Dios en nuestros corazones aun en tiempos difíciles.

OH DIOS: AYÚDANOS A MOSTRAR EL GOZO DE TU AMOR POR MEDIO DE NUESTRAS PALABRAS Y ACCIONES TODO EL TIEMPO. AMÉN.

- William Darnell