“En aquella hora hubo un gran terremoto, y la décíma parte de la ciudad se derrumbó, y por el terremoto muríeron como síete míl hombres; los demás se aterrorízaron y díeron Gloría al Díos del Cíelo.”

La gente descrita en el libro de Apocalipsis puede tener dos reacciones espirituales frente a los desastres. Unos podrán decir: “Dios es malo y nos quiere matar”. Entonces, no se arrepienten y siguen su camino de maldad. Otros podrán reconocer que la mano de Dios está tratándoles fuerte para enderezar sus caminos. Ellos se dan cuenta de que Dios los está salvando de una destrucción mayor y eterna. Entonces dan la gloria a Dios y viven de acuerdo a lo que Dios exige.

APRECIADO DIOS Y JUEZ DEL UNIVERSO: GRACIAS PORQUE CUANDO TU MANO ES FUERTE SOBRE MI VIDA, PUEDO ENTENDER QUE NO QUIERES DESTRUIRME, SINO APARTARME DE UNA DESTRUCCIÓN MAYOR. AMÉN.

-Mike Bodkin