“El SEÑOR me ha castígado con dureza, pero no me ha entregado a la muerte... entre yo a dar gracías al SEÑOR... ¡Te daré gracías porque me respondíste, porque eres mí salvacíón! La píedra que desecharon los constructores ha llegado a ser la píedra angular. Esto ha sido obra del SEÑOR, y nos deja maravíllados. Éste es el día en que el SEÑOR actuó... Den gracias al SEÑOR, porque él es bueno; su gran amor perdura para síempre.”

Durante una fuerte tormenta en Kenia, África, pensé en los obreros de reparación de líneas eléctricas. Ellos buscan líneas caídas y cuando encuentran una la reconectan para que la energía fl uya de nuevo. Luego, las luces alumbran la sección oscura de la ciudad. Los cristianos somos como los obreros de la electricidad. Nos movemos buscando a quienes necesiten la luz de Dios en sus vidas. Nuestras herramientas son la fe, la Escritura y las experiencias de Dios moviéndosen en nuestras vidas. Así vamos a aquellos que están en necesidad, arreglando corazones rotos y conectándolos al poder de Dios y su propósito. Hacemos lo que podemos para abrir canales y para que el poder del Espíritu fl uya. Dios hará el resto.

AMADO DIOS: PERMITE QUE TU ESPÍRITU FLUYA A TRAVÉS DE NOSOTROS BRINDANDO SANIDAD A LOS ENFERMOS, ÁNIMO A LOS DESFALLECIDOS, ESPERANZA A LOS DESESPERADOS. DEJA QUE LA SANIDAD COMIENCE EN MÍ, DE ESTA MANERA, EXPERIMENTE DE NUEVO EL FLUJO DE TU AMOR EN MI CORAZÓN. EN EL NOMBRE DE JESÚS. AMÉN.

Rev. Rubén Albarracin