“Por eso te recomíendo que avíves la llama del don de Díos que recíbíste cuando te ímpuse las manos. Pues Díos no nos ha dado un espíritu de tímídez, síno de poder, de amor y de domínío propío.”

“... Así hay mucho talento que no se usa y además no puede ser admirado por otros...” Este comentario tocó profundamente mi conciencia. ¿Por qué gente “talentosa” esconde sus talentos? ¿Es miedo al rechazo? Sin duda el miedo es el mayor inhibidor. Sin embargo, ¿Dónde se originaron esos dones? ¡Ellos vienen del creador! ¿Quién se alegra cuando los dones se comparten? ¡Dios! Ahora, ¿Dios y el miedo se interceptan? No creo eso! Así, los verdaderos creyentes no sufren del temor sino que comparten en obediencia los dones y regalos dados por Dios. Porque es delante de sus ojos y sólo delante de sus ojos que nosotros buscamos aprobación.

DIOS: AYÚDAME A NO SER MIEDOSA PORQUE EL TEMOR NO VIENE DE DIOS. AYÚDAME A IR ADELANTE CON SEGURIDAD Y SERVICIO. AMÉN.

-Susan Andrews