“Y sus díscípulos le preguntaron: – Rabí, para que este hombre haya nacído cíego, ¿quíén pecó, él o sus padres? – Ní él pecó, ní sus padres – respondíó Jesús –, síno que esto sucedíó para que la obra de Díos se hícíera evídente en su vída.”
Cuando los infortunios y las afl icciones llegan a nuestras vidas tendemos a pensar que son el castigo de Dios. Pero, no siempre es así; muchas veces estos infortunios son oportunidades para hacer lo bueno. Con Dios podemos hacer maravillas inimaginables.
PADRE CELESTIAL: CUANDO LAS TRAGEDIAS LLEGUEN, ABRE NUESTROS OJOS PARA VER LAS OPORTUNIDADES DE HACER TU VOLUNTAD. QUÉDATE CON NOSOTROS Y DÁNOS EL VALOR Y LA FORTALEZA PARA SOBRELLEVERLAS. AMÉN.
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