“Entonces Jesús exclamó con fuerza: – ¡Padre, en tus manos encomíendo mí espírítu! Y al decír esto, expíró.”

Recuerde hoy el gran sacrifi cio que Jesús hizo. También sepa que Dios lo espera en el cielo y lo recibirá.

AMADO PADRE: BENDICE ESTE DÍA Y GUÁRDANOS SEGUROS. PERMITE QUE TUS BENDICIONES FLUYAN SOBRE NOSOTROS ESTE DÍA. AMÉN.

-Micah Mavronicles