El Señor le dijo a él: “Amarás al Señor tu Díos con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el prímer gran mandamíento.” El segundo es semejante: “amarás a tu projímo como a tí mísmo.” De estos dos mandamíentos dependen la ley y los profetas.

El Evangelio en una sola palabra es: “Amor’’. El amor es la única arma efectiva contra el mal. Sin Amor el resto de todas las demás enseñanzas cristianas pierden todo sentido.

QUERIDO PADRE CELESTIAL: ¡GRACIAS POR ESTE DÍA! AYÚDAME A DARME CUENTA DE TODAS LAS BENDICIONES QUE ME HAS DADO. AYÚDAME A SENTIR SIEMPRE TU GENEROSIDAD. QUE OTROS EXPERIMENTEN TU AMOR A TRAVÉS DE MIS ACCIONES. GRACIAS. AMÉN.

-Jill Viola