“Víno un hombre llamado Juan. Díos lo envíó como testígo para dar testímonío de la luz, a fin de que por medío de él todos creyeran. Juan no era la luz, síno que víno para dar testímonío de la luz.”

Este es nuestro llamado también. Tal vez yo no sea llamado hoy a estar en prisión o muerto por testifi car de la Luz de Cristo para que todos crean. Yo podría ser llamado hoy a cuidar mis palabras, acciones y pensamientos. Como Juan, nosotros no somos la Luz, pero somos testigos de la Luz.

DIOS: AYÚDAME A COMPORTARME COMO UNA PERSONA ENVIADA POR TI. AYÚDAME A PROCLAMAR LA LUZ DE TU HIJO. AMÉN.

-Mark Hunker