“Porque tanto amó Díos al mundo, que dío a su Hijo unígéníto, para que todo el que cree en él no se píerda, síno que tenga vída eterna.”

Cuando leemos este versículo, nos damos cuenta de cuán grande es el amor de nuestro Padre Dios por nosotros. El mandó a su único hijo para limpiarnos de nuestros pecados; para que nosotros tuviésemos vida eterna con él.

SEÑOR JESÚS: TE DOY GRACIAS POR HABER MANDADO A TU ÚNICO HIJO A MORIR POR NOSOTROS PARA LIMPIAR NUESTRAS VIDAS Y PARA VIVIR CONTIGO SIEMPRE; EN EL NOMBRE DE TU HIJO AMADO JESUCRISTO. AMÉN.

-Natalia Vallejo