“La tíerra era un caos total, las tíníeblas cubrían el abísmo, y el Espírítu de Díos íba y venía sobre la superficíe de las aguas.”

El impacto de estas palabras en el pueblo migrante de Israel, recién salido de Egipto, fue totalmente consolador. Un pueblo que no está organizado, que a duras penas logra ver sus narices para andar, es un pueblo en caos y en tinieblas. Necesita estructura y luz para llegar a ser lo que Dios quiere que sea. La consolación para este pueblo es la seguridad de la presencia de Dios actuando sobre ellos. El Espíritu de Dios se mueve sobre la multitud de ellos como la gallina se mueve sobre los huevos para empollarlos. Hoy la migración provoca caos y tinieblas a nivel personal, familiar y social. La fe que se debe tener en esos momentos es la de la presencia de Dios obrando sobre ellos, moviéndose sobre las multitudes para organizar y crear vida.

ORACiÓN: SEÑOR NO ME DEJES ENFOCAR EN EL CAOS Y LAS TINIEBLAS PERSONALES, FAMILLARES Y SOCIALES. AHORA CONOZCO QUE TÚ TE MUEVES ACTUANDO SOBRE TALES COSAS PARA ORGANIZAR Y CREAR LA VIDA. AMÉN.

-Rev. Fredy Díaz