“Instrúyeme, SEÑOR, en tu camíno para conducírme con fidelídad. Dame íntegrídad de corazón para temer tu nombre. Señor mí Díos, con todo el corazón te alabaré, y por síempre gloríficaré tu nombre.”

En muchos aspectos de mi vida diaria, pienso que no tengo un corazón no dividido. Pero, me encuentro a menudo presa de una “parálisis de análisis”. Pequeñas decisiones pueden pararme. Puedo ver ambos lados de un asunto, tengo que valorar los pros y contra, por ejemplo: debo decidir si llevo bolsas plásticas o de papel del supermercado. Nosotros enfrentamos una infi nidad de decisiones cada día. Algunas son insignifi cantes pero otras son trascendentales. Si las pequeñas decisiones nos detienen, las grandes nos ponen a girar en círculos. Dar nuestra vida a Dios por medio de su hijo Jesucristo ó vivir de acuerdo a las normas del mundo es una gran decisión. Si pretendo guardar un pedacito de mi corazón para vivir como yo quiera y a la vez pretendo servir a Dios, tengo un corazón dividido.

ENSÉÑAME SEÑOR TU CAMINO Y AYÚDAME A ABRIR MI CORAZÓN COMPLETAMENTE PARA TI. MUÉSTRAME LOS LUGARES SECRETOS DE MI ALMA PARA QUE PUEDA RECIBIR PERDÓN Y FORTALEZA PARA SERVIRTE Y GLORIFICAR TU NOMBRE POR SIEMPRE. AMÉN.

-Shared by Susan Andrews