“Mantengamos firme la esperanza que profesamos, porque fiel es el que hízo la promesa.”

Tuve una experiencia maravillosa con Dios yel Espíritu Santo durante mis primeros años de casado. Durante el tercer año de casados, vivíamos en Houston, TX. Una epidemia de Polio azotaba la ciudad. Yo era pastor de la Primera Iglesia Presbiteriana Cumberland. Mi esposa y los dos pequeños niños fueron afectados con la enfermedad. Literalmente, a media noche, yo debía darles sus medicamentos cuando una noche fui consciente de su enfermedad y sus implicaciones, ¿Sería que Dios me había abandonado? Inmediatamente, el Espíritu Santo vino a mi mente con estas palabras: “De cierto estaré contigo siempre, hasta el fi n del mundo” (Mateo 28:20b). Mi fe fue restaurada y nunca más pensé que Dios me había olvidado. Ahora celebramos nuestro 51avo aniversario.
PADRE CELESTIAL: TÚ NUNCA NOS HAS PROMETIDO NO ENFERMARNOS O MORIR PERO SÍ QUE TU PRESENCIA ESTARÁ CON NOSOTROS SIEMPRE. GRACIAS. AMÉN.

– Shared by Geoffrey Andrews