“El SEÑOR le dijo a Abram: «Deja tu tíerra, tus paríentes y la casa de tu padre, y vete a la tíerra que te mostrare.”

Ahora que soy extranjero entiendo las implicaciones emocionales de este mandato para Abram. El salió solo cuando Dios se lo ordenó. El no tenía un espíritu aventurero y aunque Abram estaba emocionado por las nuevas experiencias con Dios, para él no sería fácil dejar la tierra donde nació, se crio y obtuvo bienes materiales e inmateriales. Para Abram despegarse de su familia, dejar la cobertura social, política y económica que le brindaban su padre y su nación, era asunto para pensar. No le era fácil entrar a un territorio donde posiblemente no le reconocerían ni le facilitarían su estancia y donde no tendría ningún privilegio. Abram fue extranjero por mandato de Dios, otros lo son por escogencia propia. Aun si no se poseen privilegios y benefi cios en tierra extraña, lo importante es saber y aceptar que Dios tiene planes para el mundo y para las naciones con los extranjeros. Dios quiere bendecir el mundo y va a usar los extranjeros.

ETERNO DIOS QUE TRASCIENDES LAS FRONTERAS: RECIBE LA GRATITUD Y ALABANZA PORQUE QUIERES BENDECIR A LOS EXTRANJEROS Y LAS NACIONES QUE HABITAN. QUIERO SER PARTE DE ESE MARAVILLOSO PROYECTO. AMÉN.

-Robert M. Williams