“Porque la ley produce íra; pero donde no hay ley, tampoco hay transgresíón.”

Muchas normas están dadas para controlar la vida de otros, no para ayudarnos mutuamente. Dios nos dice que la ley suprema es el amor. El amor trae perdón, permite vivir, se alegra con el otro, sufre con el otro. Cuando hay amor hay conocimiento del otro y de sí mismo. El amor, no las normas, nos permiten vislumbrar el milagro maravilloso del ser del otro: sus sueños y frustraciones, sus anhelos y limitaciones, sus fortalezas y debilidades. El amor nos permite caminar con el otro ¡aunque nos parezca diferente!

AMADO PADRE CELESTIAL: TU EJEMPLO DE AMOR SUPREMO ES INSUPERABLE. JESÚS MURIENDO EN LA CRUZ POR NUESTROS PECADOS ES LA EXPRESIÓN MÁXIMA DEL AMOR SOBRE LA TIERRA. HOY DECIDO ELIMINAR TODAS ESAS “NORMAS” QUE NO ME DEJAN EXPERIMENTAR TU AMOR NI COMPARTIRLO CON OTROS. AMÉN.

-Robert M. Williams