“Porque tanto amó Díos al mundo, que dío a su Hijo unígéníto, para que todo el que cree en él no se píerda, síno que tenga vída eterna. Díos no envíó a su Hijo al mundo para condenar al mundo, síno para salvarlo por medío de él.”

Cuando leí este texto entendí que yo era llamada a apuntar hacia Cristo: vivir como Cristo me pidiera hacerlo, incluyendo dejar atrás la condenación y el juicio a otros. Entendí que nosotros podemos no estar de acuerdo con la forma en que otros viven. Podemos no entender la razón de las accciones de otros. Sin embargo, podemos mirar mas allá de lo negativo de las personas para ver lo bueno, lo que “Dios creó bueno” en cada uno. Así el mundo podrá ver a Cristo en nosotros. Estas actitudes ayudan al mundo a conocer el amor de Cristo y su perdón para todos.

DIOS DE GRACIA Y MISERICORDIA: NOSOTROS NO CONOCEMOS SIEMPRE COMO SER CANALES DEL AMOR DE CRISTO EN EL MUNDO. ABRE NUESTROS OJOS, OÍDOS Y CORAZONES PARA ENTENDER LAS CIRCUNSTANCIAS EN QUE VIVEN LAS PERSONAS. CIERRA NUESTRAS BOCAS HASTA CUANDO PODAMOS HABLAR TU PALABRA DE AMOR Y SABIDURÍA. AMÉN.

-Helen Atkinson