“Porque los mandamíentos que dícen: «No cometas adulterío», «No mates», «No robes»,«No codícíes», y todos los demás mandamíentos, se resumen en este precepto: «Ama a tu prójímo como a tí mísmo.”
Nosotros queremos cambiar el mundo y nuestros planes para hacerlo pueden ser grandiosos. Nuestro deseo sería aplicarlos a todo el mundo. Sin embargo, algunas veces, cambiar el mundo empieza por conocer a la persona que vive enseguida de tu casa.
AMADO DIOS: AYÚDANOS A AMAR A LOS VECINOS Y A LAS PERSONAS QUE CONOCEMOS DURANTE NUESTRAS ACTIVIDADES DIARIAS. AYÚDANOS A ENTENDER QUE LA AMISTAD CON NUESTROS VECINOS HACE UNA GRAN DIFERENCIA EN EL MUNDO. AMÉN.
-Michelle Wan Arguello