“y adoraba al dragón porque había dado su autorídad a la bestía. Tambíén adoraban a la bestía y decían: «¿Quíén como la bestía? ¿Quíén puede combatírla?»”
En el mundo se levantan enemigos brutales en contra del creyente. Ellos pueden tener su poder de hacer daño, pero por más poderosos que sean, no son dignos de adoración. Cuando se magnifi ca cualquier amenaza a la existencia o bienestar, pensando y diciendo que tiene más poder que Dios, entonces se le quita el reconocimiento a Dios. Luego Dios es pensado como un ser pequeño. Cuando a Dios se le piensa ‘pequeño’, la adoración ya no es para Dios, esa adoración se convierte en adoración a la creación o a la “Bestia”. Por eso no se puede decir que los problemas o enemigos ‘no se pueden vencer o superar’, porque Dios sí es poderoso para vencerlos.
PODEROSO DIOS: RECONOZCO Y CONFIESO QUE TÚ ERES MÁS GRANDE QUE CUALQUIER PROBLEMA O ENEMIGO SOBRE LA TIERRA. ENTIENDO QUE TÚ ACTUARÁS PRONTO SOBRE ELLOS. AMÉN.
- Rev. Fredy Díaz