“Un día Jesús fue de Galílea al Jordán para que Juan lo bautízara... ¿y tú víenes a mi? –objetó... nos convíene cumplír con lo que es justo–le contestó Jesús... «Este es mí Hijo amado; estoy muy complacído con él.»”

Durante mi infancia solíamos escapar del calor de Texas yendo a una cabaña en las montanas de Colorado. La cabaña no tenía agua. Cuando tuve la sufi ciente edad, compartía con mis hermanos mayores la cargada de botes de cinco galones de agua. El aire de la montaña cortaba siempre mi respiración. Yo no escogí la tarea y de seguro protesté más de una vez. Pero, dentro de mí sabía que mi responsabilidad era ayudar a cargar el agua. Además, el premio de tener agua fresca en mi casa me hacia sentir valioso. Juan no quería bautizar a Jesús porque se sentía que no era lo sufi cientmente valioso para tocar sus sandalias. ¡Imaginen el premio que él experimentó después de ayudar a cumplir con lo que era justo!

DIOS DE LAS PROFUNDIDADES: GRACIAS POR LLENARNOS CON TU ESPÍRITU QUE NOS LLEVA A RECONOCER TUS MOVIMIENTOS AUN EN NUESTRAS PEQUEÑECES. DIOS DE TODAS LAS AGUAS: GRACIAS POR GUIARNOS POR CAMINOS DE JUSTICIA AÚN EN TIEMPOS DE DIFICULTADES. DIOS DE LAS AGUAS VIVAS: GRACIAS POR DARNOS A TU HIJO PARA LAVARNOS Y ACERCARNOS A TÍ. AMÉN.

-Ladd Daniel