“Cuando en mí la angustía íba en aumento, tu Consuelo llenaba mí alma de alegría”
Dios está dispuesto a consolar a los que tienen difi cultades. Su Palabra y sus enseñanzas son la mejor preparación para descansar durante los días difíciles. La seguridad de que la sangre de Cristo limpia todo pecado y la lectura de la Biblia guía la vida a buenos pastos, hace reposar el corazón. Aunque la angustia parezca no tener fi n, el alma fi rme en Dios espera hasta que Dios mismo obre.
PADRE NUESTRO: GRACIAS POR BENDECIRME Y PROVEERME PARA MIS NECECIDADES. BENDICE A LOS QUE COMPARTEN SUS BENDICIONES CON OTROS Y CON LA IGLESIA. AMÉN.
-Rev. Gloria Villa-Díaz