“Amado(a), mí oracíón es que seas prosperado(a) en todas las cosas y que tengas salud, así como prospera tu alma.”

Esta es voluntad perfecta de Dios. Dios asocia la salud física con la prosperidad del alma. El mismo dice que de lo que hay en nuestro corazón hablamos, meditamos y fi nalmente hacemos. Las rutinas diarias nos dan un buen indicio de lo que hay en nuestro corazón. Mantener buenas rutinas nos ayudan a prosperar y no caer en situaciones que nos afectan toda la vida de manera negativa. NO se trata de invertir más tiempo sino de usar las 24 horas del día sabiamente. Evaluemos lo que hacemos: La dieta alimenticia y el tiempo de sueño ¿hacen parte de mi relación con Dios? ¿Leo la Biblia periódicamente? ¿Medito en lo que ha sido mi día y tomo acciones al respecto? ¿Medito periódicamente en mis decisiones para corregir lo que no está bien y fortalecer las buenas decisiones? ¿Pido perdón cuando me doy cuenta que he ofendido a alguien? ¿Tomo tiempo para llamar a mis amigos? ¿Asisto periódicamente a la iglesia? ¿Me he involucrado en un servicio en la iglesia? Dios mantega tu salud y prospere tu alma.

AMADO PADRE CELESTIAL: GRACIAS POR PENSAR EN NUESTRO BIENESTAR Y DARNOS UN PLAN PARA CRECER EN TODAS LAS ÁREAS DE LA VIDA. ORO PARA QUE NUESTRAS VIDAS PROSPEREN DE LA MISMA MANERA QUE PROSPERA NUESTRA RELACiÓN CONTIGO; EN EL NOMBRE DE JESÚS. AMÉN.

-Shared by Matthew Cousar