“Bendíto es el hombre a quíen Díos corríge; no menosprecíes la díscíplína del todo poderoso. Porque el híere, pero venda la herída; golpea pero trae alívío.”
No podemos entender siempre el dolor y los retos de la vida. Debemos creer que Dios tiene una lección para nosotros. El busca abrir nuestros ojos e incrementar nuestra compasión. ¿Cómo podemos tener empatía con las personas si no hemos experimentado lo mismo? Las buenas noticias es que surgirán más pruebas fuertes que crearán más devoción hacia Dios.
SEÑOR: AYÚDANOS A ENTENDER QUE CUANDO PARECE QUE NOS HAS OLVIDADO, TÚ CONOCES LA IMPORTANCIA DE LA DISCIPLINA. TU NO NOS DAS LA ESPALDA, MÁS BIEN TE QUEDAS SIEMPRE CON NOSOTROS Y NOS ENSÉÑAS COMO UN PADRE QUE GUIA A SUS HIJOS. BENDíCENOS CON LA FE DE QUE TÚ CONOCES LAS LECCIONES QUE NOS AYUDARÁN A HONRARTE Y A HONRAR A LOS QUE NOS RODEAN. AMÉN.
Helen Atkinson