“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estímularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, síno anímémonos unos a otros,”

A veces tenemos pereza física y espiritual. ¿Cuándo fue la última vez que le habló de Dios a un desconocido? ¿Ha tenido miedo de perder su relación con Jesús? Cuando usted está en la iglesia adorando al Señor, las sillas vacías le recuerdan que usted no invitó a alguien a quien podía invitar? La iglesia no fue diseñada para ser un club exclusivo en una montaña. Es muy fácil invertir tiempo allí, pero la mayor bendición está cuando bajamos al valle y compartimos las buenas noticias de salvación a otros.

PADRE PODEROSO: TE PIDO QUE TOQUES MI CORAZÓN Y ME DES EL VALOR PARA IR ENTRE LA GENTE COMO JESÚS LO HIZO. QUE PUEDA ESPARCIR LA VERDAD DE LA SALVACiÓN E INVITAR A OTROS A NUESTRA IGLESIA; EN EL NOMBRE DE JESÚS. AMÉN.

- William Darnell