“(Jesucrísto) quíen subíó al cíelo y tomó su lugar a la derecha de Díos, y a quíen están sometídos los ángeles, las autorídades y los poderes.”

Una competencia para saber quién era el más fuerte se desarrollo así: el hierro y la piedra fueron primero y la piedra se pulverizó. Siguieron el fuego y el hierro quien se derritió. Entre el fuego y el agua, venció el agua. Entre el agua y el viento, el viento vio evaporar el agua. Luego, el viento hizo desvanecer la nube. Entonces, los montes atraparon al viento entre dos de ellos. El hombre apareció con su inteligencia y dragó los montes para que no tuvieran el control del viento. Pero, la muerte vino y le quitó la vida al hombre inteligente. Finalmente, Jesucristo vino y en solo tres días de muerto, resucitó, venciendo la muerte. Jesús sometió bajo sus pies a todo poder, dominio y autoridad que puede existir en la creación. Jesús es la resurrección y la vida. El concede la salvación y la libertad a todo el que lo busca.

SEÑOR JESUCRISTO: ERES EXALTADO EN TU ETERNO PODER Y AUTORIDAD. GRACIAS POR LIBERARNOS DE LA ESCLAVITUD DE LA LUCHA DE PODERES PARA SERVIRTE DE TODO CORAZÓN. AQUÍ ESTAMOS PARA OBEDECERTE CON TODA LIBERTAD. AMÉN.

-Anónimo editado por Rev. Gloria Villa-Díaz