“El señor, por su parte díspuso un gran pez que se tragara a Jonás, quíen pasó los tres días y tres noches en su víentre.”

Había estado pensando en la manera en que Jonás tuvo miedo de Dios. El pensó que podría esconderse, pero no pudo porque Dios está en todas partes. Algunas veces tenemos miedo del Señor. Algunas veces tenemos miedo de hacer cosas para él aun sabiendo que dedemos hacerlas. No debemos huir de Dios como lo hizo Jonás. Mas bien debemos seguir sus caminos.

QUERIDO DIOS: PERDÓNANOS POR LAS VECES QUE HEMOS HUIDO DE TÍ, AYÚDANOS A ENCONTRAR FUERTE CONFIANZA EN TI. AMÉN.

- Daniel Cousar