“... levanta el santuario,...”, “...y enviarlos a Antioquia...”, “...Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reíno de Díos.”

Pat y yo servimos como pastores interinos por dos años en Oklahoma. Cuando estábamos empacando para volver a casa, pensé en estas tres escrituras. En Exodo, después de años de esclavitud en Egipto, los israelitas terminaron de construir el tabernáculo. El Espíritu Santo de Dios les dio la nube de día y la columna de fuego de noche. Cuando la nube se movía, Israel empacaba y la seguía. Mas adelante en Hechos, el Espíritu Santo de Dios guió a los primeros misioneros a ministrar a los no judíos, predicando las buenas noticias del amor de Dios en Cristo Jesús. En Lucas, Jesús iba camino a Jerusalén. Jesús les dijo a sus discípulos; “sígueme”. El reto era muy difícil porque Jesús les dijo que no tenia “casa”. Para nosotros los que seguimos a Jesús, tenemos el mismo reto: “Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios.” Hoy somos guiados por el Espíritu Santo quien nos recuerda que no tenemos una “casa” defi nitiva en este mundo. ¡Somos peregrinos con Jesús y el gozo del Señor es nuestra fortaleza!

DIOS: TE AGRADECEMOS POR NO DEJARNOS SOLOS. TU NOS HAS LLAMADO DISCÍPULOS, CON LA PROMESA DE QUE TU “ESTARÁS CON NOSOTROS SIEMPRE HASTA EL FIN DEL MUNDO”. QUE EN NUESTRO CAMINAR CONTIGO HACIA EL FUTURO, SEÑOR, CONFIEMOS EN EL ESPÍRITU SANTO PARA SER VERDADEROS SEGUIDORES DE JESÚS. AMÉN.

- Rev. Hugh L. Parsons