“Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Díos, para que él los exalte a su debído tíempo. Deposíten en él toda ansíedad, porque él cuída de ustedes.”

Los libros no fueron mis amigos sino mis pesadillas ya que no importaba cuanto tiempo estudiara, todo se me olvidaba. Aun como adulta mis inseguridades siguen siendo más grandes que mi auto-confi anza; ellas han sido parte de mi vida diciéndome que yo no importo, no crezco y no valgo para nadie. Sin embargo, La vida ha sido mi maestra bajo la tutoría de Dios, Jesucristo y el Espiritu Santo. El me ha mostrado su trabajo grande y pequeño y además me ha permitido entregarle mis problemas

GRACIAS PADRE POR OİR NUESTRAS PALABRAS Y DARNOS RESPUESTAS QUE SON VERDADEROS MILAGROS. AMÉN.

-Fay Metheny