“Que nadíe se engañe. Sí alguno de ustedes se cree sabío según las normas de esta época, hágase ígnorante para así llegar a ser sabío. Porque a los ojos de Díos la sabíduría de este mundo es locura. Como está escríto: «Él atrapa a los sabíos en su propía astucía»”

Una vez trabajé con un compañero quien creía que cada cambio en la historia ha sido motivado principalmente por dinero. El se reía del cristianismo porque el mundo espiritual es un absurdo para él. Sin embargo, él es una de las personas más egoístas e infelices que he conocido. Desafortunadamente, hay otros como él, que rehúsan creer en lo que no pueden tocar o ver. Existe un peligro al dejarse impresionar solo por la razón: creer que ya uno lo sabe todo. Pero Dios es mucho más grande de lo que somos. Apoyarnos solamente en nuestro razonamiento e interpretación de la vida, nos lleva a la confusión y a la separación de Dios. Más bien, debemos vivir agradecidos cuando recibimos destellos de entendimiento. Nosotros entendemos que nuestra comprensión está incompleta a menos que venga de Dios.

AMADO Dios: PERDÓNAME CUANDO PIENSO QUE SÉ LO SUFICIENTE COMO PARA HACERTE DE LADO. LLÉNAME CON EL PENSAMIENTO Y EL GOZO TUYO Y DE TU CREACiÓN. ENSÉÑAME A AMARTE Y A CONFIAR EN TI COMO UN NIÑO, DESCANSANDO SOLAMENTE EN TI. DIOS DE MISTERIOS Y SORPRESAS, CUíDAME Y GUÁRDAME DE CREER LO QUE NO ES CIERTO. LIDÉRAME SIEMPRE. AMÉN.

-Katherine McDaniel