“Se parece a un hombre que, al construír una casa, cavó bíen hondo y puso el címíento sobre la roca. De manera que cuando víno una ínundacíón, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ní síquíera hacerla tambalear porque estaba bíen construída.”
En esta parábola Jesús dijo que cada persona que oye sus palabras y las obedece es como un hombre que construyó sobre un buen cimiento. Por el contrario, quienes oyen pero no obedecen son como los que construyen sin cimientos. Esas casas colapsarán inmediatamente por la fuerza del agua. Note que Jesús no dice “si” viene una inundación, sino “cuando” vino la inundación. Nuestras vidas están llenas de “inundaciones”. Nosotros podemos permanecer fi rmes y seguros si nuestra fe está construida en Cristo, nuestra roca sólida. Como dice el himno: “todos los demás cimientos son arena movediza”
OH MAESTRO DISEÑADOR: EN MOMENTOS DE DESESPERANZA, PERMíTENOS NO OLVIDAR TU PERFECTO PLAN PARA NUESTRAS VIDAS. AMÉN.
-Elizabeth Phipps