“Díos mío, Díos mío, ¿por qué me has abandonado?”

Una noche estaba despierta a las 2:00 a.m. porque mi hijo estaba llorando. Cuando mi hijo se despierta a media noche y llora, se escucha como si no tuviera amigos en el mundo. Pero tan pronto escucha la voz de su padre o la mía, se calma y espera que entremos a su dormitorio porque sabe que lo cargaremos, lo acariciaremos y lo volveremos a su tranquilo sueño. Esto me recuerda que en los momentos en que nos sentimos abandonados y olvidados, el Dios generoso y maravilloso a quien servimos nos da la libertad de expresar nuestras angustias. Además, Cristo en la cruz, gritó a Dios esta porción del salmo deDavid, mostrándonos que podemos venir ante nuestro Padre celestial con nuestras heridas abiertas y anticipar nuestra sanidad, así como el bebé espera el rostro de sus padres cuando los llama.

AMADO PADRE CELESTIAL: GRACIAS POR COMPARTIR NUESTRAS ANGUSTIAS. GRACIAS POR LLEVARNOS AMOROSAMENTE A LUGARES DE REPOSO CUANDO ESTAMOS ALTERADOS Y SOLOS EN EL MUNDO. SEÑOR: AYÚDANOS A ESCUCHAR TU VOZ LA QUE PODEMOS ANTICIPAR Y RETENER, EN EL SANTO Y PRECIOSO NOMBRE DE CRISTO. AMÉN.

Charelle Webb