“La mano de nuestro Díos es propicia para con todos los que le buscan,”

Desafortunadamente, se invierte mucho más tiempo en alimentar temores que en buscar a Dios. Los temores causan angustia, intimidan y echan a perder buenos proyectos. Los miedos son enemigos de las buenas relaciones interpersonales. El tratamiento para el temor es buscar a Dios. Jesús crucifi có en la cruz los temores para que cada uno pueda vivir libre de miedo sirviendo al único y verdadero Dios. La lectura diaria de sus promesas y la búsqueda continua de su presencia hacen parte del tratamiento contra el desasosiego sin fundamento.

PODEROSO PADRE CELESTIAL: CREO QUE TU MANO ME PROTEGE Y ME GUİA. ME ARREPIENTO DE MI PECADO DE INCREDULIDAD. CUANDO VENGAN MOMENTOS DE MIEDO, AYÚDAME A LEER TUS PROMESAS Y BUSCARTE. AMÉN.

-Rev. Gloria Villa-Díaz