“AIgunos de los faríseos que estaban con El oyeron esto y le dijeron: ¿Acaso nosotros tambíén somos cíegos? Jesús les dijo: Sí fueraís cíegos, no tendríaís pecado; pero ahora, porque decís: “Vemos”, vuestro pecado permanece.”

Este pasaje esta precedido por una discusión entre un ciego y los fariseos (El ciego ya ve por sanidad de Jesús). En esta a discusión, los fariseos quieren que el hombre diga que Jesús no es Dios porque lo sanó en el día de reposo. La acusación contra Jesús era: no es correcto sanar en los días de reposo (sábado), sean leprosos o ciegos los sanados, o muertos que reviven. ¡Qué acusación tan ridícula! Ellos amaban la ley más que el espíritu de la ley. Yo mismo lucho cada día por vivir lo que creo. Los ritos se quedan en mi mente y su intención se me olvida. Justo cuando uno piensa que no tiene de que preocuparse por su espiritualidad, la complacencia se vuelve su mayor enemigo. Mientras más aprendo, me doy cuenta de que debo aprender mucho más.

SEÑOR: YO LUCHO CON MI CEGUERA ESPIRITUAL COMO LO HICIERON LOS FARISEOS. AYÚDAME A NO CREERME TAN ESPIRITUAL QUE OLVIDE MI CEGUERA. AYÚDAME A TOMAR DECISIONES BASADAS EN EL AMOR Y LA COMPASIÓN, NO EN LA LETRA DE LA LEY. AMÉN.

- Katherine McDaniel