“y, míentras estaban allí, se le cumplíó el tíempo. Así que dío a luz a su hijo prímogéníto. Lo envolvíó en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada.”

Esta es una parte de la cantata “Hodie” de R. Vaughan Williams: “El bendecido hijo de Dios en un pesebre lleno de pobreza descansa, Con nuestra propia carne y nuestra pobre sangre fue vestido el bueno por la eternidad. Señor ten misericordia. El Señor Jesucristo, hijo amado de Dios un huésped extranjero fue aquí; Desde nuestra miseria, nos moviste para darnos vida eterna. Señor ten misericordia. El hizo todo esto para darnos libertad, para declarar su gran misericordia; Alégrese toda la cristiandad y agradézcale por siempre. Señor ten misericordia.” La sencillez de este canto y la belleza de su melodía me recuerdan la importancia y el gozo que trae el nacimiento de Jesús. La gran misericordia de Dios fue el regalo de su hijo Jescuristo quien vino a morir por nuestros pecados.

SEÑOR: TEN MISERICORDIA MIENTRAS VIVIMOS CON NUESTRA NATURALEZA PECADORA. AYÚDANOS A REGOCIJARNOS EN EL REGALO DE TU HIJO QUIEN VINO PARA SALVARNOS. AMÉN

-Vicky Myers