“Llegándonos a él píedra víva, rechazada por los hombres, pero precíosa y escogída a la vísta de Díos, ustedes tambíén, como píedras vívas sean edíficados como casa espírítual para un sacerdocío...” “No se angustíen. Confíen en Díos, y confíen tambíén en mí. .. el que cree en mí las obras que yo hago tambíén él las hará, y aun las hará mayores, porque yo vuelvo al Padre.”
La iglesia no es un edifi cio como usted y yo pensamos. Como se lee en Primera de Pedro, nosotros somos las piedras vivas de la iglesia. La iglesia está hecha de los hijos de Dios, unidos a Cristo, la piedra viva. Sin Cristo no habría cimientos. Cristo y el Padre son uno. Nuestras relaciones son de hermanos y hermanas, hijos e hijas de Dios. Somos miembros de la misma familia. Aunque tengamos diferencias de opinión, podemos amarnos mutuamente como Cristo nos ama.
SEÑOR: GRACIAS POR MIS HERMANOS Y HERMANAS, QUIENES ME CUIDAN EN EL CAMINO DERECHO Y ANGOSTO HACIA TI Y HACIA TU SERVICIO. AMÉN.
- Pam Ames