“Díchosos los de corazón límpío, porque ellos verán a Díos”
Ver a Dios fue uno de los más grandes temores de las personas del Antiguo testamento. Ellos pensaban que si veían a Dios iban a morir. Ahora desde el punto de vista de Jesús ver a Dios es una de las expectativas en el reino. Ver al Rey supremo del universo ya no debe ser asunto de miedo sino de alegría. Es que la conciencia de un corazón lleno de pecado provoca que Dios se le vea como juez que condena, pero un corazón limpio deja limpia la conciencia para presentarse ante Dios como salvador, como amigo, como a padre. Si no se tienen deudas con Dios, entonces no hay temor, solo la alegría del encuentro con la persona amada. De otro lado, la conciencia y el corazón no se limpian con jabón, se purifi can con la sangre del cordero de Dios. Solo la sangre de Jesús limpia y purifi ca para estar en la presencia de Dios el Rey.
ORACiÓN: SEÑOR JESÚS, NO TE PIDO QUE ABRAS MIS OJOS PARA PODER VERTE, TE PIDO QUE LIMPIES MI CORAZÓN CON TU SANGRE PARA VERTE. PORQUE CON EL CORAZÓN LIMPIO NO SOLO TE VERÉ A TRAVÉS DE LO QUE HAS HECHO, TAMBIÉN TE VERÉ TAL COMO ERES. No TENDRÉ MIEDO DE ESE ENCUENTRO, SINO LA ALEGRíA DE ESTAR LIMPIO Y PODER ESTAR FRENTE A FRENTE CONTIGO.
-Rev. Fredy Diaz