“Díchosos los que lloran, porque ellos serán consolados.”
Algunos pueden llorar de rabia o de tristeza. También se ha visto gente llorar por frustración, impotencia, desengaño y así por infi nidad de sentimientos y emociones. Es que las lágrimas son una forma física de expresar lo que se lleva por dentro. Todo eso se puede entender. Pero ¿cómo es eso de alegrarse mientras se llora o de llorar mientras se alegra? Se sabe que la alegría puede producir lágrimas. Pero eso no es lo que ocurre comúnmente. Es que la alegría que Jesús anuncia no es simple risa. Tampoco es trata de alegría porque hay sufrimiento, eso es masoquismo. Esa alegría está en la consolación que viene a traer Jesús al corazón, cuando se está llorando de tristeza por la pobreza espiritual. Cuando se llora por la carencia de una buena relación con Dios. Cuando se llora por la impotencia para salir de una vida sin bondad. La consolación es para aquellos que lloran por su propio pecado y de los otros. Es entonces cuando Jesús dice: “No llores porque yo he venido a quitar tu pecado y el pecado del mundo.” Es entonces cuando viene el consuelo, el alivio, la alegría.
SEÑOR JESÚS: YO HE LLORADO POR MUCHAS COSAS EN MI VIDA. AHORA TENGO LA OPORTUNIDAD DE LLORAR POR MI PECADO. SIENTO MUCHO EL HABERTE OFENDIDO, PERDÓNAME. AHORA ESPERO HUMILDE Y PACIENTEMENTE LA ALEGRíA QUE VIENE DE TU PERDÓN Y CONSOLACIÓN.
-Rev. Fredy Díaz