“Antes de sufrír anduve descarríado, pero ahora obedezco tu palabra.”

Si Dios es tan bueno ¿Por qué permite que nos sucedan acontecimientos dolorosos como la pérdida de un hijo, la quiebra económica, un revés matrimonial o la pérdida de la salud? La verdad es que Dios nos llama muchas veces y de muchas maneras pero no lo escuchamos. Tampoco lo atendemos y mucho menos entendemos su gran amor. Solo cuando estamos quebrantados comprendemos que andamos en tinieblas y levantamos la cabeza al cielo. Después, descubrimos que la mayor bendición sobre la tierra es poder llamar a Dios “papá” y atender su Palabra que nos da vida en abundancia.

AMADO PAPÁ CELESTIAL: GRACIAS POR PASARNOS DE UNA VIDA DESCARRIADA A UNA VIDA BENDECIDA A TRAVÉS DE LA OBEDIENCIA A TU PALABRA. DANOS LA SABIDURíA Y SENSIBILIDAD PARA ESCUCHAR TU VOZ EN TU PALABRA Y SEGUIRLA COMO INDIVIDUOS Y COMO FAMILIA DE LA FE. AMÉN.

-Rev. Gloria Villa-Díaz