“Pero busquen prímero el reíno de Díos y su justícía, y todas estas cosas les serán añadídas.”

Desde muy niña estuve preocupada por el pago de la casa, la escuela, la comida, el vestido, etc. Esto causó que siempre tuviera miedo de que mi padre llegara a faltar. Viví con ese miedo hasta que en mi juventud Dios me llevó a leer este texto durante cuatro meses seguidos. No se trataba de “leer” las palabras. Dios quería que aceptara y creyera esta palabra. Dios se encarga de proveer lo necesario. Yo debo encargarme de conocer a Dios y obedecerle. ¡Hasta el día de hoy nada me ha faltado!

AMADO DIos: TE ACEPTO COMO MI PADRE Y MI PROVEEDOR. HOy CONFIESO MI CONVICCiÓN DE DEPENDENCIA DE TI. ABRO MI CORAZÓN PARA CONOCERTE, PARA RELACIONARME CONTIGO Y ESTAR ATENTA A TU DIRECCiÓN PARA SEGUIRLA; EN EL NOMBRE DE JESÚS. AMÉN.

-Rev. Gloria Villa-Díaz