“El SEÑOR es mí pastor, nada me falta; en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquílas aguas me conduce; me ínfunde nuevas fuerzas. Me guía por sendas de justícía por amor a su nombre. Aun sí voy por valles tenebrosos, no temo pelígro alguno porque tú estás a mí lado; tu vara de pastor me reconforta. Díspones ante mí un banquete en presencía de mís enemígos. Has ungído con perfume mí cabeza; has llenado mí copa a rebosar. La bondad y el amor me seguírán todos los días de mi vída; y en la casa del SEÑOR habítaré para síempre.”

Verdad y esperanza son los regalos del cristianismo

AMADO PADRE CELESTIAL: ¡GRACIAS POR ESTE DÍA! POR FAVOR, DAME ÁNIMO PARA ENFRENTAR LOS RETOS DIARIOS. ORO POR MI PAZ Y POR LA PAZ DEL MUNDO. AMÉN.

~Jill Viola Hockett, para sus hijos