“–Yo soy la voz del que gríta en el desíerto: “Enderecen el camíno del Señor” – respondíó Juan, con las palabras del profeta Isaías.”

Era el tiempo de Halloween cuando noté que los almacenes ya tenian decoraciones de navidad. Yo pensé en las posibles horas invertidas por los empleados en preparacion para esta fi esta solemne. ¿Cuánto tiempo buscaron el “regalo” perfecto, la presentación adecuada y el adorno exacto? ¿Cuánto tiempo habrían invertido buscando la estrella en los cielos que los guiara en el camino de Jesucristo, orando a Dios para que reconozcamos a su hijo cuando aparezca? Es obvio que el mundo necesita a Cristo. La navidad se ha convertido en un negocio económico. Nosotros nos llenamos con actividades que consumen nuestra energía, pero muy rara vez encontramos paz en la belleza de la navidad. ¿Qué pasaría si invirtiéramos la misma cantidad de tiempo yendo a los almacenes y luego de rodillas orando para estar preparados para la navidad?

GRANDIOSO DIOS: GUÍANOS EN LOS PREPARATIVOS PARA ENCONTRARNOS CONTIGO. AMÉN.

-Aggie Parr