“Cuando te llamé me respondíste; Me ínfundíste ánímo y renovaste mís fuerzas”
Bendito sea Dios que nos permite clamarle a él con todo nuestro corazón. El nos permite acercarnos con humildad y encontrar siempre su respuesta. Su mano cálida afi rma nuestro ser. Su Palabra conforta el corazón y sus obras cambian nuestras vidas. Cuando somos conscientes de sus respuestas, somos libres para cantar y contar a otros de sus maravillas. Entonces habrá una razón más para dar gracias a Dios.
AMADO PADRE: ME POSTRO DELANTE DE TI PARA AGRADECERTE POR CADA RESPUESTA AMIS SÚPLICAS. MIS LABIOS PROCLAMAN QUE TÚ ERES PODEROSO PARA RESPONDER AL QUE VIENE A TI CLAMANDO. SOLO TÚ PUEDES INFUNDIR VERDADERO ÁNIMO PARA VIVIR CONTIGO Y PARA AYUDAR A OTROS A CREER QUE TÚ ERES DIOS; EN EL NOMBRE DE TU HIJO JESUCRISTO. AMÉN.
- Rev. Gloria Villa-Díaz