“Yo soy el SEÑOR su Díos, así que santífíquense y manténganse santos, porque yo soy santo. No se hagan impuros por causa de los anímales que se arrastran.”
Ser santo es algo así como ser un vino fi no a través de Cristo. El proceso de hacer vino
comienza con aplastar las uvas. Esta actividad no es fácil y para algunos como en mi caso,
ha tomado más tiempo de lo normal. A través de muchos confl ictos y comienzos en falso,
he aprendido que la santidad no es posible hasta que dejemos todo de lado y permitamos
que Dios, por medio de Cristo, nos llene. Entonces, en ese radiante momento sometemos
nuestra voluntad y empezamos a ser elementos de su santo amor, restaurados para su reino.
PADRE CELESTIAL: CONSÁGRAME EN TU SANTIDAD PARA QUE YO SEA QUIEN TÚ ME LLAMASTE A SER; EN El NOMBRE DE JESÚS. AMÉN.
-Rev. Fredy Díaz