“De la manera en que ustedes recíbíeron a Crísto Jesús el señor, vívan ahora en él, síendo firmemente enraízados y ahora síendo construídos en él y establecídos en su fe; justo como ustedes fueron ínstruídos y sobreabunden en gratítud.”

La frase: “fi rmemente enraizados” es mi favorita. Hay un nogal de cerca de 240 años en nuestra escuela. Sus raíces se extienden por todo el Jardín, anclando este gigantesco árbol. Sin ellas el árbol hubiera caído frente al primer viento pasajero. Nuestra vida cristiana debería seguir este modelo. Debemos recordar que las raíces fuertes demoran tiempo para crecer. Así es la fe. Cada vez que somos probados, adquirimos raíces más profundas. Cada Escritura leída, cada oración pronunciada, cada alabanza retornada a Dios extiende un brazo más de nuestras raíces. Y así cada buena acción hecha en el nombre de Jesús crea otra rama de la raíz. ¿Qué raíces estás extendiendo tú?

DIOSTODO PODEROSO: EN LA HERMOSURA DE LA NATURALEZA NOSOTROS VEMOS LA NECESIDAD DE TENER RAİCES PROFUNDAS. AYÚDANOS A CREAR UN FUNDAMENTO FUERTE DE FE EN TI. DANOS FUERZA PARA SOPORTAR LOS VIENTOS QUE QUIERAN TIRARNOS O TORCERNOS. ESTO LO PEDIMOS EN EL NOMBRE DE JESÚS TU HIJO, NUESTRO SALVADOR. AMÉN.

- Rev. Fredy Díaz